domingo, 26 de junio de 2016

LA TRAMPA DIALÉCTICA


Por Edgardo Atilio Moreno

Cada nueva elección nos obliga a decir lo que tantas veces y con tanto énfasis se dijo desde las páginas de Patria Argentina: se impone a los argentinos una trampa dialéctica destinada, por un lado, a ocultar la realidad, y por el otro, a crear falsas opciones.
El fin evidente de esto no es otro que el de evitar cualquier reacción genuina en contra del Sistema o Régimen de dominación o bien controlarlas y mandarlas a vía muerta en caso de producirse. Es lo que Santiago Roque Alonso definió con precisión como “una dialéctica para giles”.
En estas coyunturas los operadores del Sistema ponen en juego todo su arsenal de técnicas psicopoliticas para confundir y engañar a los ciudadanos acerca de la verdadera naturaleza de los problemas que aquejan al país y para dividirlos en enfrentamientos manipulados detrás de bambalinas.
Los medios de comunicación y todo el aparato educativo y cultural del Sistema le impiden al ciudadano común darse cuenta de la sutil tiranía que padece y encontrar una salida a la crisis.
Esta acción de encubrimiento es fundamental para el mantenimiento del stablishment pues sin las falsas opciones intrasistemicas, sin este engaño dialéctico, el Sistema de dominación no se podría mantener.
La historia universal enseña al respecto que cuando los hombres no encuentran al menos soluciones aparentes dentro de un determinado sistema político tarde o temprano las buscan por afuera, y esto puede ser muy peligroso para los amos del dinero. Por ello es que tratan a toda costa de mantener resignados a los pueblos debatiendo sobre que opción es menos mala para elegir.
En la Argentina de estos últimos tiempos el principal antagonismo que se plantea falazmente es el de la remanida dialéctica de izquierdismo-progresismo, versus, liberalismo-conservadorismo.
Esta opción es absolutamente tramposa. En realidad no existe ninguna contraposición esencial entre ambas caras del Sistema. La prueba esta en que el gobierno sostiene, sin ningún tapujo y en perfecta coherencia, una política cultural progresista al tiempo que aplica una política económica obediente de los centros financieros internacionales.
De modo entonces que el primer desafío que tenemos los nacionalista es el de desenmascarar esta falsa dialéctica; es decir debemos esclarecer sobre la verdadera situación socio-política y cultural en la que estamos insertos de manera tal que el pueblo argentino pueda tomar conciencia de la tragedia que vive nuestra Nación.
Ciertamente que esta no es una tarea para nada fácil pues hay ciertos sectores –relativamente sanos- de la sociedad que se niegan a entender que no hay contradicción entre el progresismo y el capitalismo liberal, ya que ambos en realidad son brazos de una misma tenaza que maneja el Imperialismo Internacional del Dinero. Estos sectores, conciente o inconcientemente, son funcionales al Sistema.
Debemos convencer a estos ingenuos y/o necios que la opción de votar al mal menor, o a los partidos de la derecha que prometen solucionar problemas como el de la inseguridad, la insurrección social piquetera, o el revanchismo setentista y montoneril; no constituye ninguna solución pues no se ataca a las causas del problema sino a algunas de sus consecuencias.
Y lo que es mas grave se cae en la trampa dialéctica tendida por el enemigo.
En realidad la verdadera solución pasa por develar el engaño, poner en evidencia la complicidad de la clase dirigente partidocratica con el Poder del Dinero, desplazarla progresivamente y cambiar el actual Sistema o Régimen de dominación. Solo así podremos recuperar nuestra independencia nacional.

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