La conquista del Estado puede no ser algo cercano y prioritario cuando no se dispone de los medios necesarios y cuando dicho Estado se encuentra en ruinas y trabajando contra la Nación como es nuestro caso .El sistema político está asimismo cerrado, “blindado” o vacunado contra cualquier cambio de raíz que apunte a reconstruirlo o reformularlo desde las instituciones actuales, que son a un tiempo espectadoras impasibles y a la vez agentes del desastre que sufrimos. Por ello es nuestra finalidad su desaparición definitiva que permitiría alumbrar una nueva institucionalidad, un nuevo Estado que funcione a favor de la Patria.
Ello no quiere decir que sea absolutamente rechazable la posibilidad de llegar a ese Estado degradado al solo efecto de apurar su disolución, abrogarlo y desde allí fundar otro radicalmente diferente al momentáneamente conquistado u ocupado. Quizá, dadas las circunstancias, sea preferible que nos preparemos para lo que haya de venir y debamos hacer, después de la debacle definitiva de este Estado, sea por nuestra acción o por consecuencia de las circunstancias terminales que tarde o temprano se darán y que pueden ser ajenas a nosotros. Por ello deberíamos prepararnos para formular una verdadera alternativa al Estado y al Sistema en descomposición.
La lamentable historia política argentina desde Caseros y especialmente del siglo pasado, demuestra que en tiempos de crisis profunda y descomposición –fenómeno que la Modernidad ha convertido en cíclico y al que llama dialéctica– la carencia de una reformulación teórica y fundamentalmente de un curso de acción en la practica de las idea nacionalista ha beneficiado a otras fuerzas que se han valido de los esfuerzos nacionalistas para vaciarlos de contenido y llevar a al terreno concreto iniciativas absolutamente contrarias a las que podríamos decir que eran nuestros anhelos, No vamos a explayarnos mucho, sabemos que la idea en su momento de una Dictadura Nacional para la restauración argentina, fue reconvertida en la de una dictadura del liberalismo económico sirviente del capital financiero internacional para restaurar la democracia pluripartidista. La experiencia del golpismo militar, por ejemplo, habla por si sola. Es algo que preferimos olvidar pues mucho daño ha hecho al Nacionalismo y a la Patria misma.
Mas allá de esto y en contraposición a estas ideas perimidas, existen frentes que nos permitirían desarrollar de antemano una labor de construcción de poder, sin sufrir el desgaste que ocasiona una constante confrontación directa con el sistema en relaciones de fuerza asimétrica, sin perjuicio de dar pequeñas batallas en terrenos donde seamos fuertes y nos pueda beneficiar políticamente en lo que hace a cohesionar la propia fuerza y a imprimirle constante crecimiento y que al mismo tiempo pueden desatar procesos con un efectos multiplicador potencialmente beneficiosos para nosotros tanto en difusión como en engrosamientos de nuestras filas
Podríamos explicitar o describir a estos frentes de la siguiente manera:
Ello no quiere decir que sea absolutamente rechazable la posibilidad de llegar a ese Estado degradado al solo efecto de apurar su disolución, abrogarlo y desde allí fundar otro radicalmente diferente al momentáneamente conquistado u ocupado. Quizá, dadas las circunstancias, sea preferible que nos preparemos para lo que haya de venir y debamos hacer, después de la debacle definitiva de este Estado, sea por nuestra acción o por consecuencia de las circunstancias terminales que tarde o temprano se darán y que pueden ser ajenas a nosotros. Por ello deberíamos prepararnos para formular una verdadera alternativa al Estado y al Sistema en descomposición.
La lamentable historia política argentina desde Caseros y especialmente del siglo pasado, demuestra que en tiempos de crisis profunda y descomposición –fenómeno que la Modernidad ha convertido en cíclico y al que llama dialéctica– la carencia de una reformulación teórica y fundamentalmente de un curso de acción en la practica de las idea nacionalista ha beneficiado a otras fuerzas que se han valido de los esfuerzos nacionalistas para vaciarlos de contenido y llevar a al terreno concreto iniciativas absolutamente contrarias a las que podríamos decir que eran nuestros anhelos, No vamos a explayarnos mucho, sabemos que la idea en su momento de una Dictadura Nacional para la restauración argentina, fue reconvertida en la de una dictadura del liberalismo económico sirviente del capital financiero internacional para restaurar la democracia pluripartidista. La experiencia del golpismo militar, por ejemplo, habla por si sola. Es algo que preferimos olvidar pues mucho daño ha hecho al Nacionalismo y a la Patria misma.
Mas allá de esto y en contraposición a estas ideas perimidas, existen frentes que nos permitirían desarrollar de antemano una labor de construcción de poder, sin sufrir el desgaste que ocasiona una constante confrontación directa con el sistema en relaciones de fuerza asimétrica, sin perjuicio de dar pequeñas batallas en terrenos donde seamos fuertes y nos pueda beneficiar políticamente en lo que hace a cohesionar la propia fuerza y a imprimirle constante crecimiento y que al mismo tiempo pueden desatar procesos con un efectos multiplicador potencialmente beneficiosos para nosotros tanto en difusión como en engrosamientos de nuestras filas
Podríamos explicitar o describir a estos frentes de la siguiente manera:
Vertebración Social y Construcción de Poder. Esto es a lo que aspira llevar a cabo en el futuro inmediato esta iniciativa federal y descentralizada de la Red Patriótica que se asienta y tiene mas esperanza en el interior de la Argentina que en Buenos Aires, pero que debe ser completada con la presencia en la sociedad a diferentes niveles, tanto en lo que es netamente nacionalista como fuera de ello, sin querer instrumentalizar causas nobles salidas de la respuesta popular a los problemas actuales, sino imprimiendo, en lo posible, una inclinación propiamente nuestra a esas soluciones, a la vez que irradiando confianza en las personas y grupos que podrían convertirse eventualmente en adhesión no solo en lo que hace al movimiento político en si, sino en ayuda para esa acción social mancomunada. Asociacionismo, sindicalismo y municipalismo son la clave. La republica Patriótica, Social y Orgánica en movimiento Así quien pueda juntar gente para formar una entidad de fomento será bien recibido. Quien “sólo” pueda fundar o participar en una asociación cultural, estupendo. La escandalosa inseguridad que ira en aumento, es la oportunidad de pensar en la posibilidad de plataformas vecinales por la seguridad ciudadana que recojan firmas, presionen en las instituciones, hagan comunicados y ofrezcan información a la población sobre problemas relacionados y fundamentalmente orienten a esa población en relación a como y donde se debe protestar con efectividad y mayor dolor para el Régimen. Pero lo capital, más allá de estas iniciativas de carácter más que nada fundacionales, reivindicativas y sociales, está dado por la captación de los líderes naturales de las entidades intermedias ya existentes, que obedecen a las necesidades reales del pueblo, lógicamente aquellas que no están corrompidas por el clientelismo político del Sistema y que las hay indudablemente. Posiblemente desde una perspectiva política o ideológica no seamos absolutamente afines a muchos de ellos pero si lo seremos en lo práctico en lo que hace a lo concreto y a lo que hace al sentido común de muchas iniciativas sin tener que dejar de lado por ello los principios
Alternativa al Sistema vigente. Es necesario que empecemos a diseñar una alternativa de Argentina futura, al menos sobre el papel o la computadora. Los principios los conocemos, falta llevarlos a lo concreto Esto implica varias tareas posibles como la elaboración o reelaboración (conocemos de proyectos anteriores) de iniciativas normativas que hacen a una eventual y nueva institucionalidad Resulta mas que lógico que si queremos encolumnar gente detrás del proyecto el mismo deba ser claro. Si decimos que cualquier cambio sin algo como substitución u opción al Régimen es volver a dar vueltas en la calesita del mismo, debemos elaborar esas opciones que puedan llevarse a la práctica.
Otras tareas son la realización de un programa político, no ideológico, ni retórico, breve y genérico, organizado en epígrafes como “instituciones”, “economía”, etc. Sintetizado en ideas-fuerza que resulten fácilmente comunicables, accesibles a todo el mundo y que versen justamente sobre problemas concretos, más que sobre enunciados teóricos. El sistema ha logrado asociar a su concepción democrática la noción de libertad –una libertad enunciativa, teórica, sin efectividad real,. De todo el complejo de ideas del Régimen, esta es la idea-fuerza más difícil de enfrentar, por cuanto el sistema ha organizado toda una serie de simulacros tendentes a fomentar una ilusión de libertad –mechada alegremente con anarquía de valores, con libertinaje y caos– en la sociedad actual. Para combatir la noción moderna de libertad, debemos hablar en primer lugar de justicia, término que el sistema no puede pronunciar sin causar escepticismo o carcajadas;. Diremos que sin justicia no puede haber libertad –no me refiero a que la persona deje de ser libre, como Dios la ha hecho, pero cuanta menos justicia social hay, más constreñida se encuentra la voluntad falible y por tanto la libertad de acción del hombre. Nuestro concepto político de libertad debería basarse en la libertad moral –contra lo políticamente correcto, capacidad de discernimiento conforme a la autoridad de una moral objetiva. Libertad económica de las familias –mayor autosuficiencia y acceso a la pequeña propiedad; libertad política –para participar de forma directa y abierta en las instituciones, empezando por las de más bajo nivel, que son las más cercanas a la persona y a las familias. Propaganda. El orden actual tiene su primera y más eficaz herramienta de control en el conglomerado mediático y en el mecanismo totalitario de autocensura denominado “corrección política”. Al mismo tiempo, en un contexto de abaratamiento progresivo de ciertos medios y su transmisión telemática, lo lógico sería adaptar la alternativa fruto de la reformulación al lenguaje inteligible por los diferentes targets políticos. Los medios serán más modestos en la difusión, pero al menos serán medios propios. Lo importante es que el mensaje llegue a quienes están a la busca de una verdadera alternativa, de la que están sedientas las mayorías sea consciente o inconscientemente Al mismo tiempo del empleo de las nuevas técnicas, la tarea de propaganda se va a redoblar por nuestra presencia en las calles, que por pequeña que sea desestabiliza al enemigo que tarde o temprano se ve obligado a responder y a hacernos propaganda irremediablemente. Como ya hemos recalcado en varias oportunidades. La calle es el lugar de la lucha política por antonomasia. La calle esta ocupada por el enemigo que la ocupa con su presencia y su discurso desde hace más de dos décadas. Es el lugar simbólico donde finalmente se dirimen las pujas de la política. Esa presencia en la calle puede al mismo tiempo ayudar a que los militantes mas jóvenes e inexpertos (que son mayoría dicho sea de paso) conecten con realidades aciagas que debemos combatir. Hemos tenido ocasión de ver en la pasada semana, el efecto que sobre el enemigo tiene una simple campaña de propaganda con panfletos rudimentarios hechos a mimeógrafo, realizada a la luz del día por militantes de carne y hueso que los repartían por el centro de una de las principales ciudades del interior. Ya salieron a hablar, con una apreciable histeria, de una “ofensiva ultraderechista” como dicen ellos. Resultado: logramos lo que queríamos en un principio, mayor difusión de nuestras ideas combinando trabajo de calle, reacción del enemigo y trabajo de Internet Así debemos continuar.
No obstante lo mas importante para continuar el avance estará dado por la acción simultanea de vertebración social, generación de alternativas y finalmente propaganda y combate en la calle. Esa es la posibilidad concreta de seguir avanzando con la ayuda de Dios Finalmente es necesario adaptar las formas, el estilo y la estética que nos son más propios y tradicionales: el siglo XIX y lo años 1930 han pasado. Mucho agua a pasado bajo el puente, alguien me ha dicho que los nacionalista debíamos reformular hasta los insultos que le propinamos al enemigo Una pagina tradicionalista española con bastante tino dice que La organización paramilitar de corte colectivista, al estilo de milicias y juventudes de partidos fascistas, socialistas y comunistas de los años treinta de pasado siglo, ya no sirve sino a la autocomplacencia historicista, al modo de quienes escenifican en trajes de época las batallas de Austerlitz, Elviña o Waterloo los fines de semana. Lo propio al momento histórico que vivimos es la forma de movimientos o plataformas cívicas en las que personas y asociaciones de nuestra orientación contribuyan a la formación del espíritu crítico y a la organización politica de la ciudadanía para su defensa en cuestiones bien puntuales que son generadas casi siempre por el Sistema. El gran orgullo del Sistema consiste en ser “democrático”; démosles pues algo de democracia real, orgánica, de base. Vive hablando de la pobreza mientras la crea, enseñémosle lo que es la Republica Social y demostrémosle en la calle, lo que es defender a nuestra Argentina.
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