Se analizarán a continuación dichas afirmaciones para determinar su verdadera fuerza argumentativa.
- 1. Índice de abortos practicados por año en la Argentina.
- 1.1 Método basado en egresos hospitalarios
- 1.2 Método residual
- 1.3 Conclusión
- 2. Índices de mortalidad materna a causa de los llamados abortos inseguros.
Más
allá de la falacia que implica concluir que resulta necesario
legalizar una conducta delictiva por su simple repetición, cabe
asimismo poner de manifiesto la falta de sustento científico de que adolecen las estadísticas que reflejan la cantidad de abortos practicados por año en la Argentina.
La
Guía Técnica para la Atención Integral de los Abortos No Punibles
publicada por el Ministerio de Salud de la Nación expresa que "por
tratarse de una práctica clandestina no se dispone de datos precisos
sobre el número de abortos inducidos que se producen en el país. Las
estimaciones recientes indican que ocurren 460.000 abortos inducidos por
año."
La
única información disponible es el número de hospitalizaciones por
complicaciones de aborto en los establecimientos públicos del país -en
la que no se distingue entre abortos espontáneos y provocados- y
representa sólo una fracción del total de los abortos que ocurren
anualmente".93
La nota II a la cual remite la Guía aclara que el valor de abortos inducidos resulta de la utilización de dos métodos: el método de los egresos hospitalarios por complicaciones de aborto y el método residual.94 Conviene entonces realizar algunas consideraciones acerca de los métodos mencionados.
1.1 Método basado en egresos hospitalarios
Este
método arriba al número total de abortos tras multiplicar el número de
egresos hospitalarios (conforme estadísticas del Ministerio de Salud)
por un coeficiente multiplicador que pretende corregir el resultado final atento que, se supone, no todos los abortos inducidos requirieron hospitalización.
El coeficiente multiplicador se elabora a partir de una encuesta de opinión a "informantes clave"
tales como proveedores de servicios de salud reproductiva, y demás
profesionales de la salud que permita dar cuenta de la práctica del
aborto inducido y no registrado en las estadísticas hospitalarias. La
encuesta indaga sobre el tipo de proveedores habituales de aborto,
técnicas utilizadas, probabilidad de complicaciones y de que las
mujeres que las sufrieron sean hospitalizadas.95
Se observa claramente la fragilidad
de las estadísticas resultantes de la aplicación de este método, dado
el carácter "subjetivo" del multiplicador utilizado.96
Esta subjetividad es reconocida por las mismas investigadoras quienes
manifiestan que "el cálculo del multiplicador se basará, por tanto, en
los conocimientos y percepciones que los encuestados han adquirido en
la experiencia directa de trabajo".97
El único dato oficial y objetivo es el referido a la cantidad de egresos hospitalarios, el
multiplicador en cambio se ha construido a partir de entrevistas
personales, de datos subjetivos, todo lo cual quita validez científica
al pretendido número final de abortos.98
Este
método calcula índices para los principales determinantes próximos de
la fecundidad midiendo el efecto que cada uno de ellos tiene sobre la
fertilidad potencial, sobre la base de una tasa global de fecundidad
observada en un momento histórico y para una sociedad determinada.99
Los
índices tenidos en cuenta como determinantes de la fertilidad
potencial son: el matrimonio, el uso de anticonceptivos, el aborto
inducido, y la infertilidad post-parto. Es decir, se calcula cuántos
hijos podría tener una mujer fértil a lo largo de su vida y se aplican
reducciones a esa tasa global de fecundidad para los casos en que no se
tiene relaciones sexuales, se aborta, se utiliza la anticoncepción, o
se es estéril luego del parto.
Despejando
las variables se concluye que el índice de aborto inducido resulta de
la tasa global de fecundidad, dividida por los otros factores. A partir
del índice de aborto como residuo se obtiene una tasa global de aborto
que corresponde al promedio de abortos que tendría una mujer al
término de su vida fértil.
La
utilización de este método tampoco es certera en cuanto a sus
resultados. Las mismas autoras reconocen que el promedio utilizado para
la tasa de fertilidad potencial influye en el resultado del cálculo
del coeficiente de aborto como residuo. Se trata entonces de una mera
aproximación.100 Finalmente concluyen que "las estimaciones del número de abortos obtenidas mediante el método residual podrían estar sobreestimadas".101
Así,
puede sostenerse que las estadísticas sobre aborto reflejadas a partir
de la utilización de estos métodos son, "cuanto menos, cuestionables
en su razonabilidad y por tanto no pueden ser utilizadas por el
Congreso de la Nación para tomar medidas legislativas en una materia tan
delicada",102 ni mucho menos pueden avalar una pretendida legalización de la práctica.
2. Índices de mortalidad materna a causa de los llamados abortos inseguros.
Otro de los argumentos esgrimidos por quienes buscan la despenalización del aborto consiste en sostener que la ilegalidad del mismo conduce a una práctica insegura, aumentado de este modo los índices de mortalidad materna.
Concluyen que el "aborto inseguro" es uno de los factores más
importantes de defunciones maternas, agregando que su legalización
garantizaría la práctica en óptimas condiciones médicas y sanitarias.
Lo cierto es que los datos desmienten esta afirmación. El Ministerio de Salud de la Nación publicó la siguiente estadística:
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación. Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS).
Conforme
surge del cuadro se observa que en el año 2006 el total de defunciones
maternas fue de 333 siendo 93 a causa de aborto, y el total de
defunciones en el año 2007 fue de 306 siendo 74 las muertes a
consecuencia de aborto. Para lograr una mayor comprensión de la
incidencia real del factor aborto como causa de defunciones maternas es
importante tener presente que el total de defunciones de mujeres
durante el 2007 fue de 149.698 y el mayor número de muertes se produjo
por enfermedades del sistema circulatorio (47.879), tumores (27.818) y
enfermedades del sistema respiratorio (24.253).103 Ello pone en evidencia que el aborto está lejos de constituir la causa principal de fallecimientos.
Lo
manifestado no implica desconocer el deber del Estado de reducir la
tasa de mortalidad materna -ya que cada una de las vidas que se pierde
constituye un daño irreparable- empero, es importante analizar
correctamente los datos que proporciona la misma realidad, para arribar a
las soluciones que realmente permitan este objetivo.
En efecto, son los datos objetivos los que ponen de manifiesto que la legalización del aborto no resulta una solución apropiada. En primer lugar, porque el aborto implica en sí mismo un riesgo para la madre, es decir, no existen abortos "seguros".104 Y en segundo lugar, porque ha sido reconocido por la misma Organización Mundial de la Salud que "la
estructura del hospital es la más importante variable para determinar
el riesgo de muerte materna. La disponibilidad de cuidados obstétricos
esenciales, emergencias activas y especialistas juegan un rol
importante en prevenir estas muertes".
Se
desprende de todo lo expuesto que la solución, lejos de encontrarse en
la legalización del aborto, viene de la mano de una mejora de los
servicios médicos y de sus condiciones sanitarias y de una mayor y
mejor atención, tanto de la mujer embarazada como de la persona por
nacer.
Recae
por tanto sobre el Estado, la obligación de proveer servicios
adecuados de salud materna, y la obligación de garantizar el acceso
efectivo a dichos servicios a todas las mujeres, en igualdad de
condiciones y sin discriminación alguna.
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