viernes, 5 de junio de 2015

"NI UNA MENOS" VISTO A LA PASADA

En el trayecto que habitualmente camino desde mi lugar de trabajo en la zona de Recoleta hasta la plaza Constitución en la que abordo un transporte público, he tenido la oportunidad de toparme con una variopinta fauna que volvía de la movilización del “ni una menos”.

Antes que nada hay que aclarar algo, si bien la consigna en sí no tiene nada de malo, incluso es reivindicable, la inclinación política con la que fue hecha es lo repudiable. Nadie en su sano juicio pensaría que está bien que haya violencia familiar o de género, como gusta decir al lenguaje progresista, pero la forma en que está encarado por estos grupos feministas, homosexualistas, lesbianistas y/o neo marxistas tiene una intencionalidad ideológica  clara. Siendo breve, el neo marxismo, producto de una “modernización” del marxismo clásico refiriéndolo a la cultura, en manos especialmente de la “Escuela de Frankfurt”, extiende el concepto de lucha de clases, a esferas por fuera del ámbito estrictamente económico político y laboral, siendo una de estas esferas la de lucha de sexos, donde el hombre deviene en una especie de monstruo que explota a la mujer, y por lo tanto el solo hecho de ser hombre es un indicio de ser un explotador, mal tratador. El viejo cliché psicobolche del falofascismo 
Este es el espíritu con que los grupos  marcusianos (*) encaran el tema . Lo cierto es que la violencia de hombre contra mujer  existe, pero  no es más que una de las múltiples manifestaciones de la violencia injusta en sí, de una sociedad violenta y violentada, corrupta y corrompida, desde arriba hacia abajo, violencia dicho sea de paso- y esto puede ser lo tragicómico del asunto- justificada sistemáticamente por estos mismos grupos neo marxistas que se rasgan las vestiduras defendiendo los “derechos humanos” de cuanto asesino, ladrón o !violador también¡ tiene la mala suerte de caer por fin ante el banquillo de un tribunal.
 Es la paradoja de esos derechos entendidos como ideología. Los mismos que se felicitan por el  garantismo o abolicionismo penal de jueces, legisladores o funcionarios estatales , piden después mano dura contra los agresores de un sector determinado de la sociedad. Entienden que esos derechos son patrimonio de determinados grupos que ellos identifican como explotados o reprimidos por la violencia institucionalizada: delincuentes, homosexuales, mujeres, terroristas etc. 
Indudablemente, esta gente no entiende que la persona por nacer tenga derechos humanos dado que  reclamaba el cese de la violencia contra las mujeres vivas pero postulaba la licitud de esa violencia para con las mujeres y hombres engendrados y en el seno materno. Una de las consignas de la marcha era el derecho al aborto libre y gratuito
Hecha la aclaración voy a proseguir con mi relato del periplo desde Recoleta hasta Constitución y que incluso duró sobre el transporte público en el que me embarqué hasta llegar a mi hogar en la zona sur del conurbano bonaerense. El primer encuentro con manifestantes lo tuve llegando a la plaza de los tribunales, donde me topé de frente con una columna de la agrupación kirchnerista Kolina que se retiraba de la misma, allí me pregunté contra quien manifestaría esta gente, si ellos son los que administran el Estado y salvo expresiones de deseos y resmas de leyes que jamás se cumplen ni mínimamente, no han hecho nada salvo en multitud de casos obstaculizar la formación de un registro de violadores "por que no se puede estigmatizar". No voy a presumir que los que estaban allí estaban por ese motivo pero había muchos "militantes" fumando marihuana
Pero lo mejor vino al terminar de cruzar diagonalmente dicha plaza, al toparme con el “botón que sirve de muestra” a la generalidad del militante promedio de esta partidocracia corrupta, el clásico joven excedido levemente de peso y no muy afecto al trabajo (para evitar decir gordo vago), con su remera o pechera de la JP Descamisados, su gorra o visera en la cabeza, su barba crecida de unos días y, como frutilla del postre, dos infaltables botellas de birra que creo ya habían sido consumidas en nombre de la revolución "nacional y popular", todo un ciudadano modelo del mundo progresista. Uno más que no sabe de que se trata y protesta en definitiva contra su mismo gobierno
Terminada de cruzar la plaza, ya retornando a la rectitud de una calle que varias cuadras más adelante desembocará en Plaza Constitución, termino llegando a avenida de Mayo, donde al mirar hacia la derecha veo el tumulto principal abandonando plaza Congreso, donde estaba   el grueso de la concurrencia : ese tipo de persona sin el cual estas movilizaciones no tendrían sentido ni trascendencia, me refiero al boludo útil, en sus diferentes variedades,  el  frívolo que sigue cada una de las manifestaciones que aparecen en la tele, el  rebolu(cionario), generalmente un burgués que sale solo “cuando todos salen” sino no mueve un dedo, y el que va de buena fe detrás de una consigna positiva y que es usado por cuanto politiquero ande dando vuelta y que nunca se percata  de qué se trata realmente.
Sin detenerme a analizar mucho más, seguí mi camino ya sin toparme más que con algunas estudiantes de filosofía aisladas, pero a las pocas cuadras ya ni rastro siquiera de esto.
También pensaba en las deplorables y demagógica declaración de la Iglesia. Adhiriendo a una marcha, una de cuyas consignas era el aborto libre y gratuito. Revelan la absoluta confusión en que se desenvuelve la jerarquía de esa institución, incluso y especialmente las mas encumbradas.
Ya en la plaza Constitución esperé ese colectivo que uno nunca sabe a ciencia cierta a qué hora va a salir. Por fin subo al mismo y ya pensando que todo estaba atrás veo a dos chicas con unos kilitos de más sentadas en el fondo en actitud un tanto cariñosa (no quiero decir que eran dos gordas tortilleras porque el INADI se enoja, ¿vio?) que suelen envalentonarse cuando se dan estas manifestaciones, pero ya sin más miré hacia afuera por la ventanilla restándoles importancia después de todo  es lo que buscan, la atención que no les dieron desde su niñez en la casa. Pasaban si por mi mente las únicas manifestaciones públicas y con difusión masiva con un mínimo de sentido común, la de la presidenta de AVIVI la Asociación de Víctimas de Violación María Elena Leuzzi
 "No voy a ir a la marcha  porque no soluciona nada. ¿Vos te pensás que a los jueces y fiscales les importa esta marcha? Prefiero quedarme y usar ese tiempo para atender a las víctimas que necesitan mi ayuda por desatención y abandono del Estado"...
"Respeto que marchen, pero la solución es cambiar el Código Penal; hacer que los hijos de puta que violan y pegan se pudran 40 años en la cárcel sin beneficios"
 Necesitamos que se reforme el Código Penal y que las condenas sean con cumplimientos efectivos. La mayoría de los violadores salen libres antes de la mitad de sus condenas cuando está comprobado que reinciden. En Provincia hay 91 comisarías de la Mujer, ¿para qué? Si no se hace nada. El Estado no está trabajando, sino las ONG no estaríamos rebalsadas".
 "La falta de justicia y accionar hace que cada vez más la gente haga justicia por mano propia"...
 Mientras miraba los autos y la gente empecé a pensar en esta nota que ahora está leyendo

Martín Ledesma
 De la Agr. Lacebrón Guzmán (Buenos Aires)
(*)Herbert Marcuse fue un filósofo y sociólogo judío de nacionalidad alemana y estadounidense, una de las principales figuras de la primera generación de la Escuela de Frankfurt. Sus teorizaciones sobre marxismo y su aplicación a la cultura presentes en sus libros  "Eros y Civilización" o "El Hombre Unidimensional" son la base de la cultura hegemónica actual denominada cultura progresista o políticamente correcta que impera en nuestro país de la mano del Sistema imperante.

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