La masonería es una de esas cosas que cuesta explicar de qué
se trata, porque la mayoría de la gente no tiene idea siquiera de su
existencia. Como en el tema anterior sobre el que escribí, la banca
fraccionaria, es difícil intentar explicar de qué estamos hablando cuando
nuestro lector posiblemente no tiene ni la menor idea del tema en cuestión.
Según el diccionario la masoneria es Sociedad secreta de ámbito internacional y estructura jerárquica
basada en la fraternidad entre sus miembros, los cuales se agrupan en
logias y hacen uso de ritos y signos emblemáticos.
Debo reconocer que yo mismo no había llegado a comprender en
toda su dimensión sobre el tema sino después de unos años de lecturas y, en
base a ésta, un posterior armado de rompecabezas con esta información
adquirida.
La observación y lectura de varios videos o textos que
tratan de explicar este fenómeno terminan no siendo del todo claros para el
público general ya que, repito, se trata de explicar algo totalmente novedoso
para una gran mayoría. Entonces descubrí que una buena forma de explicar algo
es comparándolo, buscando similitudes o diferencias con algo ya conocido por
las personas destinatarias de nuestro mensaje.
Quiero aclarar que lo qué aquí voy a explicar es lo que
REALMENTE persigue la masonería, y no lo que ella públicamente dice perseguir.
Dicho esto, la organización que voy a utilizar para explicar
a la masonería no es más ni menos que la MAFIA. Es decir, una organización
delictiva. La mafia es una organización que se maneja con un sistema de
“valores” o reglamentos internos, donde se le da ciertas ventajas o beneficios
económicos a quienes ingresan en ella a cambio de una lealtad absoluta a las
iniciativas de los “capos” de la misma. La potencial desobediencia de uno de
sus miembros se paga con la vida.
Bueno, la masonería es algo parecido, es una organización
con fines políticos basados en una filosofía mundialista o internacionalista,
atea o gnóstica, e igualitarista, y por lo tanto en guerra contra Dios, contra
las religiones, contra las patrias y contra las jerarquías (Siempre y cuando
ese Dios no sea el “Gran arquitecto” que venera la masonería, la patria no sea
la de sus máximos jerarcas, la sionista, y la jerarquía no sea la que está
formada por sus distintos grados masónicos). Sus miembros, como anticipé, están
formados por grados, es decir hay una jerarquía con masones de mayor o menos
graduación. En la cúspide están los realmente comprometidos con estos “valores”
masónicos y saben a ciencia cierta para qué trabajan, cuál es su objetivo
último, son los “capo mafia”. En cambio, en los grados inferiores se encuentra
una variedad de gente que puede calificarse como oportunistas, que buscan un
buen pasar económico o ciertos puestos políticos, que usan de la influencia de
la masonería para alcanzarlos, obviamente al precio que desde este puesto de
influencia económica o política siga luego las directivas de los altos grados;
pero también encontramos en estos grados inferiores al infaltable idiota útil
que cree que realmente está contribuyendo a la “libertad, igualdad y fraternidad”
vociferadas por el discurso oficial masónico.
Para los altos grados masónicos el poder económico es un
medio, no el objetivo, su objetivo principal es político, llevar adelante la agenda
masónica arriba descrita, por eso le es de importancia atraer gente de negocios
y magnates hacia sus filas, para poder financiar su “causa”.
En cambio, para los oportunistas de menor grado que ven en la masonería la
oportunidad de ganar o acrecentar su poder económico, es al revés, su objetivo
es el económico, y la obediencia masónica es el medio, el precio que tiene que
pagar para poder tener el apoyo de esta organización en el logro de sus
objetivos.
Otra similitud con la mafia es lo que pasa cuando uno de sus
miembros decide abandonar sus filas, que dependiendo del grado masónico e
información que posea, las penas pueden ir desde devolver todo tipo de material
relacionado con la organización (documentos, textos, etc) para los grados
menores, hasta la pena de muerte para los grados mayores totalmente
comprometidos.
Como comentario final hay que aclarar que no se trata
solamente de obligar a sus miembros a financiar ciertas actividades indicadas
por la masonería con parte de los ingresos que los masones han conseguido
gracias a la influencia que la masonería les facilitó, ni de obligar a los
masones que consiguieron puestos políticos gracias a las logias masónicas a
votar ciertas leyes, lo cual de por sí es moralmente inaceptable, sino que sus
directivas pueden incluir complots políticos, golpes de estado, operaciones de
prensa, conspiraciones contra los intereses de la patria e incluso “penas de
muerte” (cuando la masonería en nombre de los derechos humanos condena a la
aplicación de la pena de muerte por parte de los estados)
Espero que este breve texto les sirva como introducción al
lector como para tener una orientación al investigar sobre este tema no siempre
fácil de entender.
MARTÍN LEDESMA
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