El
nacionalismo brega por la unión de todos los hombres que habitan la Patria,
bajo la guía de un Estado nacional, que coordine a los diferentes sectores
sociales que la componen, en pos de su objetivo, que es la grandeza y el
cumplimiento del destino histórico que posee la nación y el bienestar material
y moral de su pueblo.
En
pos de esa unión y de ese bienestar es que el Estado busca el accionar ordenado
y coordinado de los diferentes sectores sociales. Es la organicidad social Pero
también por idéntica razón rechaza la diferencia artificial que agrega sobre el
cuerpo social la existencia de partidos políticos.
Si
el Estado nacionalista busca conciliar diferentes intereses, por ejemplo,
productores rurales con industriales, intentará mediar con representantes de
ambos sectores. En cambio ¿A qué sector representa el partido político? La
artificialidad del mismo no requiere mayor interrogación.
Y
consiente de esto el nacionalismo tiene que empezar a sacarse ciertos conceptos partidistas de encima.
Predicar con el ejemplo como se dice.
Y
sin lugar a dudas el problema que tiene el nacionalismo en este sentido es el
del peronismo. Si el nacionalismo quiere realmente ser el vehículo de la unión
nacional y el verdugo de los partidos políticos y las divisiones artificiales
que estos producen, tendrá que comenzar por practicarlo dentro de sus propias
filas. Esto comienza principalmente por el sinceramiento de quienes se dicen
nacionalistas.
Dejar
atrás al peronismo implica también obviamente dejar atrás el anti peronismo. No
se puede llegar a la unión verdadera si todo nacionalista que viene del
peronismo viene con la idea de que el único nacionalismo verdadero fue el
peronismo, y que si no se hace nacionalismo venerando su nombre cada dos palabras
no se es nacionalista. Tampoco se puede lograr mucho si aquellos que vienen del
anti peronismo insisten con la idea de que todo lo que hizo Perón fue negativo
o incluso “el único mal” que sufrió y sufre el país.
Generalmente
este tipo de personas viven con un pie en el nacionalismo y otro en el
peronismo o anti peronismo gorila y liberal. Al primer guiño terminan apoyando
al candidato del PJ de turno (aunque no sea nacionalista, generalmente tampoco
peronista) o al primer antiperonista de turno (aunque sea un liberal de nota).
Así aparecen lo llamadores a votar a “males menores”. Que hay que votar al fulano porque si no llega tal liberal al
gobierno, o si no se vota a tal liberal llega el “cuco peronista” que se va a
robar todo o va a favorecer al comunismo… Y así estamos hace más de treinta
años. Del otro lado estan los que siendo nacionalistas hacen entrismo en el
Peronismo por que es lo mas o menos
parecido por más que este repleto de progresistas izquierdistas o incluso
liberales. La pancarta tapa el contenido
La
conclusión es sencilla, el verdadero nacionalista va a tener que dejar
prejuicios en el camino. Todos lo hemos hecho. Yo particularmente vengo
de una
familia obrera peronista, pero que ya se ha dado cuenta, siendo yo el
primero,
que Perón está muerto hace más de 40 años y los que lo siguieron de esa
tendencia son cualquier cosa, ninguno trata de llevar a cabo ni aunque
sea fraccionalmente la doctrina de Perón por mas que se llenen la boca
con ella. Los que vienen del peronismo deberán reconocer
que Perón no era un Dios y que tuvo aciertos y errores, que tomó medidas
de
corte nacionalista y otros que no lo eran, y lo mismo tienen que hacer
los que
vienen del anti peronismo, si realmente son nacionalistas, tendran que
avivarse que no existe ningun nacionalismo liberal ni la derecha aqui es
nacionalista, ni todo lo que sea católico es nacionalista. Deberían
saber finalmente, que el
problema es de todo un sistema y no de
un partido.
El
mensaje es claro, si realmente son nacionalistas deberán hacer ese esfuerzo. Si
no están dispuesto a abrir los ojos entonces no se hagan llamar tales.
Martín Ledesma.
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