viernes, 16 de diciembre de 2016

EL NACIONALISMO Y EL DILEMA DEL PERONISMO

El nacionalismo brega por la unión de todos los hombres que habitan la Patria, bajo la guía de un Estado nacional, que coordine a los diferentes sectores sociales que la componen, en pos de su objetivo, que es la grandeza y el cumplimiento del destino histórico que posee la nación y el bienestar material y moral de su pueblo.
En pos de esa unión y de ese bienestar es que el Estado busca el accionar ordenado y coordinado de los diferentes sectores sociales. Es la organicidad social Pero también por idéntica razón rechaza la diferencia artificial que agrega sobre el cuerpo social la existencia de partidos políticos.
Si el Estado nacionalista busca conciliar diferentes intereses, por ejemplo, productores rurales con industriales, intentará mediar con representantes de ambos sectores. En cambio ¿A qué sector representa el partido político? La artificialidad del mismo no requiere mayor interrogación.
Y consiente de esto el nacionalismo tiene que empezar a sacarse  ciertos conceptos partidistas de encima. Predicar con el ejemplo como se dice.
Y sin lugar a dudas el problema que tiene el nacionalismo en este sentido es el del peronismo. Si el nacionalismo quiere realmente ser el vehículo de la unión nacional y el verdugo de los partidos políticos y las divisiones artificiales que estos producen, tendrá que comenzar por practicarlo dentro de sus propias filas. Esto comienza principalmente por el sinceramiento de quienes se dicen nacionalistas.
Dejar atrás al peronismo implica también obviamente dejar atrás el anti peronismo. No se puede llegar a la unión verdadera si todo nacionalista que viene del peronismo viene con la idea de que el único nacionalismo verdadero fue el peronismo, y que si no se hace nacionalismo venerando su nombre cada dos palabras no se es nacionalista. Tampoco se puede lograr mucho si aquellos que vienen del anti peronismo insisten con la idea de que todo lo que hizo Perón fue negativo o incluso “el único mal” que sufrió y sufre el país.
Generalmente este tipo de personas viven con un pie en el nacionalismo y otro en el peronismo o anti peronismo gorila y liberal. Al primer guiño terminan apoyando al candidato del PJ de turno (aunque no sea nacionalista, generalmente tampoco peronista) o al primer antiperonista de turno (aunque sea un liberal de nota). Así aparecen lo llamadores a votar a “males menores”. Que hay que votar al fulano porque si no llega tal liberal al gobierno, o si no se vota a tal liberal llega el “cuco peronista” que se va a robar todo o va a favorecer al comunismo… Y así estamos hace más de treinta años. Del otro lado estan los que siendo nacionalistas hacen entrismo en el Peronismo por que es lo mas o menos parecido por más que este repleto de progresistas izquierdistas o incluso liberales. La pancarta tapa el contenido
La conclusión es sencilla, el verdadero nacionalista va a tener que dejar prejuicios en el camino. Todos lo hemos hecho. Yo particularmente vengo de una familia obrera peronista, pero que ya se ha dado cuenta, siendo yo el primero, que Perón está muerto hace más de 40 años y los que lo siguieron de esa tendencia son cualquier cosa, ninguno trata de llevar a cabo ni aunque sea fraccionalmente la doctrina de Perón por mas que se llenen la boca con ella. Los que vienen del peronismo deberán reconocer que Perón no era un Dios y que tuvo aciertos y errores, que tomó medidas de corte nacionalista y otros que no lo eran, y lo mismo tienen que hacer los que vienen del anti peronismo, si realmente son nacionalistas, tendran que avivarse que no existe ningun nacionalismo liberal ni la derecha aqui es nacionalista, ni todo lo que sea católico es nacionalista. Deberían saber finalmente, que el problema es de todo un sistema  y no de un partido.
El mensaje es claro, si realmente son nacionalistas deberán hacer ese esfuerzo. Si no están dispuesto a abrir los ojos entonces no se hagan llamar tales.
 
Martín Ledesma.

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