Hoy no fui a trabajar por el paro
de colectivos, producto del asesinato de un chofer en Claypole, así que me puse
a escribir esto. Estamos ante un nuevo logro de la democrática Argentina y su
nota dominante: la inseguridad.
Vemos en todos los canales,
periodistas haciendo cola para “compungirse” por tamaña pérdida, pero de
autocrítica ni hablar. A los medios de comunicación se los suele llamar “el
cuarto poder” y es tan corrupto e hipócrita como los otros tres, ejecutivo, legislativo y judicial, o tal vez es peor que esos tres.
También los medios se mueven por influencias y dinero, hay que ser muy ingenuo
para creer que los medios “informan”.
Hasta hace unos días atrás se
notaba que la orden a todos los medios era salir a justificar y victimizar a los
delincuentes menores de edad, así que el hecho de que salgan hoy a hacerse los
dolidos por un nuevo muerto es por
lo menos hipócrita.
Estos mismos medios son los que cuando se lincha un delincuente,
matándolo o dejándolo maltrecho, se rasgan las vestiduras y le dan
micrófono compulsivamente a los “expertos” defensores de los “derechos humanos”,
que piden una investigación y “castigo ejemplar” al “delincuente” que tuvo que hacer el trabajo que el estado no
hace: hacer justicia por mano propia.
Son estos medios también los que se comportan de análoga manera, linchando
mediáticamente, a quien proponga, desde algún puesto legislativo, el
endurecimiento de las leyes contra los delitos a la propiedad y las personas.
Y es que este sistema funciona
así, como todo sistema, se conforma por piezas, engranajes que trabajan al
unísono, con un objetivo claro: la indefensión, la desconfianza mutua de los
ciudadanos, el caos y la anarquía. Y esto es así para todos los partidos “importantes”,
trabajan mancomunados, aunque parezca que se pelean.
De izquierda a derecha, discuten por
nimiedades, pero a la hora de los temas importantes todos responden a los
“dueños de la guita”, porque cuando de arriba, los grandes poderes del
capitalismo financiero internacional, bajan una línea, en menos de 24 hs los
partidos “mayoritarios” sacan cualquier ley que necesiten. De no hacerlo se le
corta la financiación y con esto la posibilidad de seguir lucrando con la
política. Por eso la denominada
democracia de partidos políticos no es representativa, porque no responde a sus
representados, sino del dinero para mantener la maquinaria partidaria y
propagandística funcionando.
Con la inseguridad pasa lo mismo,
la orden de arriba es mantener la delincuencia en la calle, porque es uno de
los tantos factores utilizados para mantener el desorden social, el cual crea
una masa maleable y desorganizada que el poder desea para moldearla como le plazca. Y el papel de los
medios es claro, hacer una cobertura justificando la delincuencia, acusando a
quienes quieren reprimirla de “nazi”, epíteto desgastado al punto de no significar ya nada
hoy en día, cualquier cosa que contradiga los designios de este poder es
“nazi”, limitándose a compungirse hoy por un trabajador muerto, pero mañana
volverán al mismo discurso pro delincuencia.
Al mismo tiempo, y como reflexión final, me viene
a la mente la paradoja de cuando la línea 60 estuvo de paro, hace un año
aproximadamente si mal no recuerdo, y
era apoyado por el Partido Obrero, partido marxista troskista que, como buen
partido de izquierda, defiende sistemáticamente a los delincuentes, licuando la
culpa de ellos en “la sociedad”, de la misma forma que hace con los violadores
y asesinos echándole la culpa al “patriarcado y el machismo”, entes totalmente
abstracto que conducen a la impunidad del delincuente.
En este caso seguramente la
izquierda hará lo mismo de siempre, ante un trabajador muerto por un
delincuente optará por este último o por la evasiva de echarle la culpa una vez
mas a “la sociedad” como causante de la delincuencia. Es hora de que los
trabajadores identifiquen lo que en verdad es la izquierda, solo una caterva de agitadores a sueldo.
El trabajador tiene que darse cuenta que por derecha y
centro tiene mercaderes de la política que lo único que hacen es lucrar y
obedecer las órdenes del poder capitalista financiero que los financia. Por
izquierda tienen agitadores a sueldo que se adueñan de los legítimos reclamos
de los trabajadores para terminar tergiversándolos defendiendo a los mismos delincuentes que
matan trabajadores como en este caso puntual.
Pero claro, para la prensa la
izquierda o la derecha son los buenos, los democráticos, a pesar de que sean
unos delincuentes, agentes de la descomposición social y defensores de ladrones
y antisociales. En cambio, esta misma prensa hipócrita y a sueldo se encarga de
recordar todos los días que nosotros, los nacionalistas, que exigimos que se
termine con esta carnicería democrática, que proponemos mano dura para los
delincuentes, de a pie y de guante blanco, que exigimos que se termine de darle
el poder a los corruptos, somos los “nazis”, los malos, los antidemocráticos.
Es hora de que los trabajadores
se den cuenta que la única tendencia , que realmente pide que se castigue
todos los delincuentes y corruptos, es el nacionalismo, y que la prensa no es
más que un engranaje de este sistema para que se perpetúen en el poder los
mismo delincuentes de siempre.
Martín Ledesma
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