Paso a paso vamos concretando el
armado de una estructura que aspira a contener
con espíritu amical, de camaradería, patriótico y movimientista a todos
los argentinos de buena voluntad identificados o que se identifiquen en el
futuro con el ideario Nacionalista Argentino.
Porque no solo aspiramos a la captación de militantes, aspiramos también a difundir, obtener apoyos . Lograr un
área de influencia donde se verifique un cambio de mentalidad de muchos patriotas y un espacio político en que se manifiesten
de diferentes formas estos compatriotas. Área de influencia que debe ir
ampliándose hasta lograr el efecto de masa
crítica.
Aspiramos a lograr un desarrollo
territorial o sea pretendemos que en todos los sitios del país o en los más
importantes y neurálgicos, haya nacionalistas trabajando por la causa. No más
focos aislados. Con espíritu federal, despegando de la influencia, para algunos nefasta, de Buenos Aires.
Queremos lograr también una organización de cuadros aclarando que cuadro
político es aquel militante que ha alcanzado cierto desarrollo de conocimientos
y saberes en temas vinculados a la política , economía,
historia, etc. Que los aplica
críticamente en su vida práctica de acuerdo a las circunstancias que le tocan
vivir. No es un individuo aislado, es decir, no puede ser sin la organización que lo contiene, lo
representa y le da directivas de acción.
Es un militante, aplicado al trabajo, y su capacidad de acción lo sitúa en el lugar de organizador, de impulsor del avance nacionalista y de constructor de poder para el mismo desde la trinchera de lucha. Es un soldado político. No todo militante puede ser un cuadro si no tiene los conocimientos necesarios adquiridos con el tiempo, el estudio y la experiencia.
Es un militante, aplicado al trabajo, y su capacidad de acción lo sitúa en el lugar de organizador, de impulsor del avance nacionalista y de constructor de poder para el mismo desde la trinchera de lucha. Es un soldado político. No todo militante puede ser un cuadro si no tiene los conocimientos necesarios adquiridos con el tiempo, el estudio y la experiencia.
Necesitamos también la afluencia
a nuestras filas de cuadros técnicos con criterios políticos patrióticos,
imprescindibles para formar una plantilla de asesores versados en diferentes
disciplinas, ciencias y saberes auxiliares o complementarios de la tarea
política. No podemos descuidar esto como no podemos ser indiferentes al
principio aristocrático que establece que los mejores deben ser los indicados
para servir u orientar al movimiento y en su tiempo a la Patria.
Logramos ya darnos una estructura jerárquica con un Secretariado General
-un Secretario General y dos adjuntos- electo por las agrupaciones y se ha
formado un consejo consultivo de nueve miembros para asesoramiento del
Secretariado. Podemos decir que tenemos estructurado algo que en lenguaje
político suele llamarse un frente.
Llegó entonces el momento de
arremangarse y trabajar, de ir a lo concreto que es la lucha frontal política
contra el Sistema. Facta non verba.
Creemos que terminó la hora de
las polémicas y discusiones políticamente inconducentes o solo conducentes al inmovilismo
y el desánimo o la desmovilización. No las alentamos ni propiciamos. No
intervenimos en las preexistentes.
Hace rato que caímos en la cuenta
que dentro de este Sistema no hay mal menor, lo hemos explicado hasta la
saciedad, si alguno quiere tranquilizar la conciencia apelando a este trillado
tema no es nuestro problema, ni tenemos más tiempo para rebatirle y polemizar.
Si no terminamos con el
mencionado Sistema, seguro termina con Argentina. Cuando hablamos de terminar
con él no nos ponemos a analizar puntillosamente las formas, ni nos atamos a
dogmas donde no los hay: serán las que las circunstancias aconsejen dentro de
la prudencia y la moral.
En ese orden de cosas no descartamos nada: por ello, para esa lucha, es
importante darse cuenta quien es el enemigo actual y no dejarnos engañar con
análisis antediluvianos realizados algunos
de buena fe, otros al efecto de sacarnos de foco. Justamente tenemos que
tener bien enfocada la mira.
Tampoco vamos a perder tiempo en argüir sobre
situaciones que, pese a lo tristes que sean, no están en nuestras manos -por su
dimensión o complejidad- dilucidar o solucionar. Es ridículo pensar que quien
no puede lo menos vaya a poder lo más. Tampoco vamos a perorar sobre personajes
que el entero mundo mira arrobado pero son meros vendedores de humo, a quienes sabemos absolutamente enemigos y que debemos combatir.
A esta altura de las circunstancias en ciertas cosas ya no
intervenimos. No tropezamos nuevamente con la misma piedra. Hablamos de
política -que es nuestra tarea- con el lenguaje de la política. Concretamente
no hacemos integrismo. Diferenciamos bien en que plano se encuentra la política.
Nos enfocamos al trabajo, a combatir al enemigo y construir poder para el Nacionalismo. Es ardua la tarea que
nos espera y duro el enemigo que tenemos enfrente. El que es afín a nosotros,
comprende el mensaje y quiere luchar, que se nos una, lo recibiremos con los
brazos abiertos; el que no, que nos deje luchar tranquilos.
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