jueves, 15 de diciembre de 2011

La Fragmentación de la Policía

En los planes del gobierno se encuentra la creación de policías comunales, al estilo de la policía metropolitana, en cada uno de los municipios de Buenos Aires. También está el plan de la creación de la policía judicial. Estas reformas son similares a las que imperan en EEUU donde existe un verdadero caos de agencias y policías de diferente jurisdicción
En la práctica significa una descentralización del poder de la policía y dificultar su articulación. También podría implicar una reducción de la uniformidad de la policía a lo largo del territorio nacional si cada comuna usa un uniforme distintivo mermando la imagen de integridad del Estado.
Esto no representaría un problema si no fuera por las comunes discordias entre los políticos de diferentes niveles en el Estado, gobiernos municipales, provinciales y nacionales que se disputan entre si el control de la policía porque no pueden confiar unos en otros ni confiar en la policía.
Las unidades locales de la policía federal y/o provincial en teoría podrían estar bajo el mando de los intendentes, si es que realmente requirieran de una descentralización y una mayor capacidad de comando por parte de los intendentes. Pero eso requeriría modificar leyes nacionales y/o provinciales, cosa que las discordias dentro del mismo Estado que nos rige no permiten. Además las necesidades de destacarse de los políticos y atribuirse los triunfos de “su” policía impidirian la uniformidad de la policía. Cada policía comunal será distinta a la federal, a la provincial y entre sí, pues ante la gente no pueden permitirse absorber los fracasos de los demás o compartir sus triunfos.
Bajo la excusa de combatir la inseguridad solo logran destruir la unidad de la fuerza y debilitar a la policía, La Policía Federal tiene fundada fama de ser corrupta, pero dudo que estas medidas tengan algún efecto para reducir la corrupción si la de los políticos continua intacta. Es también dudoso que mejore la seguridad, porque la ineficacia de la policía se debe más a imposibilidades legales, a la ausencia de un aparato judicial y penal eficaz para detener el delito a lo que se une la característica ideológica propia del Estado colonizado por el progresismo: lo que se da en llamar abolicionismo penal y cultura de la “no represión” léase que los que gobiernan el Estado no están muy convencido que al delincuente se le deba castigar
Esto produce la fragmentación y conduce internamente a disputas interminables carentes de un hilo conductor basado en la mas mínima cordura y sentido común.
Al paso que se pierde la integridad moral de la sociedad, se pierde la integridad estructural del Estado.

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