Garzón encuentra una salida airosa que le permitirá ir de asesor a la Corte Penal Internacional sin la mácula de haber sido apartado
Garzón se va. Hace un mes comentaba a sus íntimos: "Ahora, y así, no me puedo ir", en referencia a que le llegaban mensajes de que todos sus problemas -tres procesos por prevaricación en el Tribunal Supremo- se solucionarían si se iba de la Audiencia Nacional. Pero fiel a su carácter consideraba que tirar la toalla no era propio de él, que muchos interpretarían que huía y él no da un paso atrás ni para tomar impulso.
Un mes después, y con la espada de Damocles de la inminente suspensión de sus funciones como juez sobre su cabeza, ha encontrado una salida airosa, que teóricamente le permite eludir muchos problemas y que se enfríen sus pleitos en el Supremo.
Garzón ha conseguido una invitación del fiscal de la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, para que durante siete meses ejerza de asesor en tres investigaciones que ya tiene en marcha dicho organismo, una de ellas en Uganda, otra en Colombia y la última en la República Democrática del Congo.
Ni que decir tiene que uno no va a un puesto internacional sin el apoyo del Gobierno de su país, por lo que parece evidente que el magistrado cuenta con el beneplácito del Ejecutivo, aunque él niega que haya hablado con nadie a ese respecto. En todo caso, la postura del Gobierno se sabrá pronto, puesto que la Comisión Permanente del Consejo del Poder Judicial, que se reúne hoy, solicitará al Ministerio de Asuntos Exteriores el preceptivo informe sobre si la misión internacional a la que ha sido invitado Garzón es de interés para España. Si no lo fuera, la Permanente rechazaría la comisión para servicios especiales, pero si el informe fuera favorable a Garzón, la Permanente debería concederla debido a que no habría motivos objetivos para rechazarla puesto que su juzgado está al día.
Esa decisión de la Permanente del Consejo dejaría sin efecto la eventual suspensión de funciones que podría tramitarse en el pleno del próximo día 19 si finalmente el instructor del caso de los crímenes del franquismo, Luciano Varela, abriera juicio oral contra Garzón.
Varela podría intentar anticiparse a la decisión de la Permanente y forzar la suspensión del magistrado en un pleno extraordinario, antes de que se resolviera la solicitud de servicios especiales de Garzón.
Sin embargo, en medios del Consejo del Poder Judicial consideran que el presidente, Carlos Dívar, no es proclive a forzar las cosas. Puesto que la petición de servicios especiales ha llegado antes que la apertura de juicio oral, es partidario de que su tramitación se resuelva antes que algo que todavía no ha llegado. Si el informe de Exteriores es favorable, es muy difícil denegar la petición de Garzón. Y si el juez dejara su juzgado quedaría sin contenido la posible suspensión de sus funciones jurisdiccionales, puesto que ya no se encontraría ejerciendo como juez. Es decir, un problema menos.
No obstante, el proceso seguiría adelante y el juicio podría celebrarse en julio o en septiembre.
Fuente:http://www.elpais.com/articulo/espana/ultima/pirueta/juez/elpepunac/20100512elpepinac_6/Tes
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